El cielo


Cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitoso y exquisito. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca.

Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados. Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.

(Leyenda China)

Comentarios

  1. No hay nada como la colaboración en vez de el egoísmo. Ayer lo pude comprobar en la Media Maratón de Guadix. Mañana, la crónica.

    Muy buena la reflexión china.

    ResponderEliminar
  2. Desde luego, la leyenda se las trae. Si pensásemos de vez en cuando en el que tenemos justo enfrente y dejásemos de vivir por y para nosotr@s mism@s, otro gallo nos cantaría.

    Un abrazote, y feliz semana.

    ResponderEliminar
  3. Es lo que tiene la colaboración y el buen entendimiento: trabajar con palillos largo o cortos: mirar de frente o mirar sólo para uno mismo. La mirada hacia el otro, siempre engrandece a quien la hace...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

El blog se alimenta con tus comentarios.
Gracias por dejar tu huella ♥