Como he podido comprobar la gente no es de mucho comentar. Y en ciertos temas leo ciertos comentarios pero en el tema de los libros poquitos, poquitos.
Aquí os dejo un fragmento de la tercera novela (Adiós a los hombres) por si te pudiera interesar:
Aquella noche de sábado Juan se acostó pronto y se durmió antes de las once, acunado por tres aspirinas y media botella de whisky que le impidieron soñar. Fue negra su noche, inexistente, noche de muerto, lo que le ayudó a descansar los ojos y a que los nudos que se habían atado en su espalda dejasen de apretar. No revolvió las sábanas ni oyó volar murciélagos. Y no supo que se nacía solo, se moría solo y entre medias la vida era una pesada carga que, para cruzarla, había que arrastrar entre dos, compartirla para no darse cuenta de lo inmensa que puede llegar a ser la soledad. (página 480)
Aquí os dejo un fragmento de la tercera novela (Adiós a los hombres) por si te pudiera interesar:
Aquella noche de sábado Juan se acostó pronto y se durmió antes de las once, acunado por tres aspirinas y media botella de whisky que le impidieron soñar. Fue negra su noche, inexistente, noche de muerto, lo que le ayudó a descansar los ojos y a que los nudos que se habían atado en su espalda dejasen de apretar. No revolvió las sábanas ni oyó volar murciélagos. Y no supo que se nacía solo, se moría solo y entre medias la vida era una pesada carga que, para cruzarla, había que arrastrar entre dos, compartirla para no darse cuenta de lo inmensa que puede llegar a ser la soledad. (página 480)
¡Será por comentar! Aquí vengo yo, hombre! :-D
ResponderEliminarNo conozco el libro, igual es cuestión de echarle un ojo, porque por el fragmento que nos dejas pinta bien.
Lo cierto es que últimamente no soy yo; a ver si pasa el 24 y luego la segunda fecha (aún no sé cuál será) y vuelvo a ser yo misma....
Un abrazo, y feliz final de curso, que ya no nos queda nada.
Manuel, no te quejes, que otros tenemos menos...
ResponderEliminarNo sé el argumento, pero el título del libro es una muy buena metáfora de mis blogs:
EL MANANTIAL DE LOS SILENCIOS.
Uno echa a manar sus experiencias, ideas, anécdotas... y después: ¡silencio!
Pero bueno, lo importante es el agua, no el ruido ¿verdad?
+Bienvenida Susana¡¡ Has hecho una entrada apoteósica con tu comentario. ¡Aquí estoy yo! me parece genial verte por aquí. Espero que vuelvas a ser tú misma.
ResponderEliminar+¡Hola D. Jesús¡ Tú también has comprobado como después de currarte un blog y poner un montón de noticias, la gente no se preocupa mucho del trabajo ajeno. Y aunque veo que se lee luego no se comenta. Y a los padres de la criatura (como dijiste en alguna ocasión) nos gusta leer los comentarios de los lectores.
Es bonito escuchar el silencio, a veces demasiado ruido puede ser desagradable.
¡Gracias por tu comentario!