El sábado pasado comenzó el partido con retraso y no podíamos entrar en el
Pabellón por lo que nos pusimos a calentar por los alrededores. Esta situación me
hizo recordar a los juegos en la calle, cuando éramos pequeños y jugábamos a
cualquier cosa, en cualquier lugar. Parece ser que los tiempos han cambiado y
los niños no se conforman con cualquier sitio ni cualquier utensilio a la hora
de jugar.
Se disputaba el encuentro
de ida correspondiente a los cuartos de final de la liga infantil masculina,
disputado en un abarrotado pabellón La Cantueña de Parla, donde se contó con la
presencia de un nutrido grupo de aficionados alcalaínos, que disfrutaron con la
victoria de nuestro equipo.
Empezó la
eliminatoria con dos contendientes con las tareas bien delimitadas. Los locales
con la intención fundamental de controlar el juego de Mamadou, utilizando
varios jugadores en estas tareas defensivas, e incluso incurriendo en defensas
mixtas.
Por su parte, los visitantes utilizando las armas “made in
Iplacea “, es decir, una defensa abierta con muchos desplazamientos en función
del balón, cada vez más contundente en el trabajo 1×1 y con mayor coordinación
y comunicación en los 2×2 , y por supuesto, la velocidad en cuanto recuperamos
la posesión (filosofía de contraataque), vital para la formación de los jóvenes
y arma definitiva en la diferencia final en el marcador.
Con todos estos ingredientes se llegó al descanso con el
resultado favorable de (9-11). El aspecto positivo, la mejoría sustancial en el
plano defensivo, (aunque todavía no se está al nivel de los favoritos al
título).
Diferencia que pudo ser mucho mayor si no se hubiera errado tantos lanzamientos por las
zonas de los extremos, aspecto a mejorar urgentemente, más teniendo en cuenta
que los contrarios, como aludía se al principio, se concentran en torno al
“mago del balón” y dejan francas
opciones de lanzamiento para sus compañeros que Iplacea no está sabiendo
aprovechar.
Tras la reanudación, se sale con las ideas claras, se logra un parcial de 5 a 0, a base de
presionar más en defensa y correr.
A mediados de este periodo,
con una diferencia favorable de 7 goles, se aumentan las rotaciones para
que todos los jugadores participaran.
Los locales, en un arrebato de orgullo, reducen la distancia
a 2 goles (20-22). Un tiempo muerto pone en orden las ideas y se consigue
llegar al final con una diferencia que no debe llevar a los complutenses al
triunfalismo.
En todo
momento se debe ser humildes, no temer a nadie, respetando a todos los
contrarios y por supuesto, seguir trabajando divirtiéndose. Me encanta la filosofía del equipo con esos ingredientes de respeto y de deportividad que a veces echamos de menos en el deporte profesional de los mayores (sin ir más lejos solo hay que mirar las imágenes emitidas del último clásico futbolero con malos modos, críticas descontroladas a la actuación arbitral o algún pisotón en la cabeza del contrario) quizás los adultos debieran aprender de los más pequeños.
Felicitar a
los chicos por la aparición de los primeros esbozos de “actitudes de equipo”,
el ánimo, la comunicación, el interés común. Elementos que nos satisfacen muy
por encima de lograr victorias.
Destacar la
actitud colectiva en general, y en particular la labor de Álvaro Hernández (
que logró materializar todos los lanzamientos que realizó, ayudando de manera
activa a sus compañeros en defensa).
El próximo sábado día 29 de marzo, os citamos a todos, a las 13 horas, para presenciar un interesante
partido de vuelta en nuestro viejo pabellón, el Virgen del Val.
Ese Alvarito¡¡¡¡¡
ResponderEliminarEse Alvarito¡¡¡¡¡
ResponderEliminar¡Hola Pilar!
ResponderEliminarGracias por pasar.
Y encima por duplicado. Je¡Je¡