Érase un hombre a un smartphone pegado
que pulsaba su sensor capacitivo,
érase un obseso compulsivo
del copiar y compartir seleccionado.
Érase, a unos datos conectado,
un cordón umbilical interactivo;
un ente de las redes muy activo,
érase un ser social virtualizado.
Era más popular que muchos cientos,
era un pulsador recalcitrante
de caritas de emoción y sentimientos.
Sus cifras de amigos ni te cuento,
su ranking de twitteo impresionante,
su vida real un puro cuento.
A veces criticamos que los teléfonos nos conecten a los demás.
ResponderEliminarEn mi caso tengo familia a muchos mile sde km , si no fuese por esto aparatillos no podría mentener el contacto y saber cómo están sus vidas.
Supongo que toda la tecnología , las nuevas tecnologias sobre todo de la información están al servicio del ser humano, y no tien por que ser necesariamente para ahogarlo o hacerlo mas pequeño.
Pero bueno, de todo habrá. Besos.
Naturalmente que los teléfonos son necesarios (no imprescindibles). Las nuevas tecnologías están al servicio del hombre.
EliminarEl soneto es una caricatura de los que se exceden con ellas y en vez de resultar a nuestro servicio, nos esclavizan.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEspectacular entrada.
ResponderEliminar¡Gracias por la aportación!
y Feliz semana.
Demasiada tecnología. Me has convencido, hay que desconectar. Saludos.
ResponderEliminarUn poema precioso que dice muy claro en lo que te puede convertir las nuevas tecnologías.Saludos
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