El Tour de
Francia llega a una de sus cimas más legendarias, el Alpe D´Huez, donde todo
aquel que gana, dice la leyenda, llega de amarillo a París.
La máxima no
siempre se cumple, pero acertó hace 30 años, cuando un 14 de julio la fiesta no
fue francesa, sino española. Pedro Delgado no ganó, el triunfo fue para el
holandés Steven Rooks, pero el segoviano se puso líder. Ya hasta París.
Un liderato
que se iba a convertir en una especie de renacimiento del ciclismo español, que
no vivía semejante hazaña desde el Tour de Luis Ocaña en 1973. Un triunfo que
liberó a delgado, quien aún recuerda su relación amor-odio con el Tour.
"Mi
relación con el Tour era de amor-odio. En el 83, supe que podía ganarlo. Al año
siguiente, me rompí la clavícula. En el 85, me puse enfermo. En el 86, falleció
mi madre y me tuve que ir, totalmente abatido. Luego, en el 87, ganó Roche.
Pero en el 88..."
Era fiesta
nacional francesa, duodécima etapa entre Morzine y Alpe D´Huez, de 227
kilómetros. Como aperitivo La Madelaine, el Glandón antes de las 21 curvas que
culminan a 1.850 metros.
El ritmo fue
tan brutal que el pelotón pidió tregua al equipo Reynolds. "Por favor,
paren de atacar". Pero en La Madeleine se formó la mundial. Arroyo se
desató: "Vamos, Perico, la gente va muerta, la tenemos que líar".
Perico puso
a tirar a Miguel Indurain en la bajada y el ritmo del navarro terminó de
destrozar la carrera. Se dice que el pelotón ese día no pudo ni comer. Indurain
siguió a ritmo, y con la bolsa de la comida intacta se fue en busca del
Glandon.
El entonces
gregario Miguel Indurain reventó y pasó al relevo Rodríguez Magro, quien volvió
a hacer estragos. Luego pasó al frente el colombiano Omar Hernández y a 3 kilómetros
de la cima atacó Delgado que le convirtió en el nuevo líder, llegó a París de
amarillo, no sin antes vivir momentos desesperantes por aquel positivo
anunciado por Probenedic. "Fue una situación muy dura, aunque se demostró
mi inocencia y que corrí legalmente según las normas de entonces. Con las
normas actuales me tenían que haber echado de la carrera".
Treinta años
después, Delgado aún se emociona al recordar el Alpe D´Huez y aquella hazaña de
finales de los 80.
"Me
hace una ilusión especial recordarlo, fue mi momento cumbre, 30 años no son
nada, muchos no habían nacido. El ciclismo ha cambiado mucho, pero la emoción
aún me llega muy a menudo"
No me gusta ver el tour y tampoco lo entiendo así que no puedo opinar al respecto.Pienso que tiene que ser un deporte de mucho esfuerzo físico y el sólo pensarlo ya me siento cansada:-)) Saludos
ResponderEliminarGracias por la aportación. Siempre está bien ver tu opinión. ¡Feliz semana!
EliminarPerico tenía condiciones,buena cabeza y carisma. :)
ResponderEliminarCierto. Tío con carima y cualidades.
EliminarSaludos
Menudo esfuerzo físico tiene que hacer los ciclistas. Sólo por eso merecen un reconocimiento.
ResponderEliminarUn saludo y buena semana.
No me extraña que se emocione, con lo que le costó...
EliminarEl ciclismo es durillo. Muchas horas de entrenamiento. Saludos y feliz semana.
EliminarPerico Delgado me parece muy simpático como persona, pero nunca lo admiré como profesional. El día que llegó tarde a una contrarreloj me subía por las paredes, pensando en la falta de respeto que suponía para un esforzado equipo que luchaba por él hasta la extenuación. Recuerdo aquél Tour en que Perico se quedó descolgado tantas veces como fue a remolcarlo un desconocido entonces Miguel Indurain y yo —sin saber mucho de ciclismo— pensaba: "Si en vez de trabajar para tirar del otro lo hiciera para él, ¿a dónde podría llegar este chaval?". Años después ganó cinco Tours y siempre he pensado que alguno más tendría si se hubieran dado cuenta antes de que el bueno era él.
ResponderEliminarSupongo que he dicho un sacrilegio, pero es como lo pienso.
Un abrazo.
Es cierto que cometió algunos errores pero consiguió grandes éxitos deportivos.
EliminarNada de sacrilegio. Hay opiniones para todos los gustos. Saludos
Lo vi me pareció maravilloso la presentación los paisajes el deporte
ResponderEliminarSaludos desde Miami
Muy interesante. Un saludo desde Almería
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