Caras pintadas y música en la grada



Todas las actividades deportivas están sometidas a códigos y reglamentos de aceptación general y regidas por autoridades nacionales e internacionales formalmente establecidas y reconocidas. Sin embargo, la violencia es con frecuencia una de las manifestaciones negativas del deporte. Ésta se inició en la segunda mitad del siglo XX, generada por los fanáticos seguidores de los equipos de fútbol dentro y fuera de los estadios.

Hace más de dos décadas surgieron en Inglaterra los llamados “hooligans” —aficionados al fútbol y a la bebida— que promovieron actos de barbarie dentro y fuera de los estadios, hasta el extremo de que la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) y la Unión Europea de Fútbol se vieron obligadas a solicitar a los gobiernos severas penas contra ellos. Y el parlamento británico expidió una ley especial para reprimirlos y que autoriza a la policía impedir que todo sospechoso de ese grupo —sus tatuajes e indumentaria son característicos— penetre en los escenarios deportivos. Según la ley anti-hooligans inglesa, que entró en vigor días antes de la Eurocopa 2000, un “hooligan” puede ser juzgado por un tribunal y condenado a diez años de ausencia forzosa de los partidos de fútbol internacionales, sin perjuicio de sus responsabilidades penales por actos de violencia. Sin embargo, la paz y la armonía volvieron imperar en los XXXI Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en agosto del 2016, en cuyo estadio “Maracaná” desfilaron 11.551 deportistas y atletas de 206 países para participar en 42 disciplinas deportivas.

 El deporte que enciende más intensas pasiones es el fútbol. Convoca enormes multitudes. Le rodean grandes alegrías, entusiasmos y eventualmente violencias. En  los estadios hay una eclosión de banderas, música y comparsas. Los hinchas daneses introdujeron la moda de pintarse la cara con los colores de sus equipos. Y son pintorescas las danzas de los brasileños  o senegaleses que acompañan a los enfrentamientos deportivos.

Siempre será más bonito ver a la gente con la cara pintada con los colores de su equipo y escuchar esas pegadizas canciones en la grada, que contemplar esos hechos violentos que surgen en ciertos encuentros. 
Me quedo con el colorido de las caras y la música en las gradas.

Comentarios

  1. No puedo entender la violencia que se ve en algunos deportes así que yo también me quedo con las caras pintadas y la música en las gradas.Saludos

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    1. Algunos olvidan las normas deportivas. Hay que saber competir pero no utilizar cualquier estratagema, no siempre legal, para conseguir la victoria y menos las acciones violentas.

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  2. Buena decisión.
    En los estadios ha de haber fiesta, no batallas.

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  3. Eso, mejor caras pintadas y música en las gradas!

    =)))

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  4. Interesante entrada. Pintarse la cara es deportivo y un símbolo pacífico de amor por el deporte.

    Espero que tengas un buen mes

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  5. Hola Manuél las caras pintadas son guay ,,uf la violencia no debería existir, cualquier deporte que se practique debe haber armonía, y compañerismo unos con otros feliz día besitoss

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