Como diría aquella famosa canción:
“Siempre
hay por quien vivir por quien amar.
Siempre
hay por que vivir por que luchar.
Al
final las obras quedan las gentes se van
otras
que vienen las continuaran.
La
vida sigue igual…”
Y ahora centrándome en el aspecto deportivo debo destacar el espectacular partido de balonmano disputado el pasado sábado en el Palau Blaugrana de Barcelona que enfrentó al Barça contra el C.D. Bidasoa.
El equipo vasco hizo un gran encuentro pero poco se podía hacer ante la potente plantilla catalana y ese poderío físico incontestable. Bidasoa aguantó unos 50 minutos pero al final el Barça se llevó el gato al agua con un resultado abultado para lo que se vio en la pista.
Yo estuve allí.
P.D.
Al releer la letra de la canción, que fue copia en internet, veo que tiene varias faltas de ortografía.
Lo dejo así por si alguien quiere comentar y corregir.
Veo que faltan 3 tildes : por qué, por qué, continuarán. Bueno yo hubiera puesto otras comillas delante de la frase final. Por lo demás la vida no sigue tan igual, cada día hay algo diferente. Saludos
ResponderEliminarBuena aportación.
EliminarGracias por la visita y que tengas un buen día.
Espero que disfrutaras del partido.
ResponderEliminarOjalá la liga Asobal fuera más equilibrada.
Saludos.
Disfruté y es cierto que debería ser más igualada.
EliminarSaludos.
¡Cómo arrecia la nostalgia! La canción tiene la friolera de 61 años y fue una de las primeras compuestas y cantadas por Julio Iglesias. Recuerdo incluso que, con mis 11 años, participé en un concurso cantándola en público. Además me ha servido de letra para realizar una versión con otra letra riéndome de mi jubilación, hace 6 años. Más abajo pongo un enlace para que la escuchéis (y cantéis pues está en modo karaoke)
ResponderEliminarFaltas, sí; aunque ya no se incide mucho en ellas...
"Siempre hay por qué vivir, por qué luchar, siempre hay por quién sufrir, y a quién amar. Al final, las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuarán, la vida sigue igual" (¡Ya sabéis, las dichosas tildes!).
¡Ah, la vida: siempre igual, siempre distinta...!