Salimos de Alcalá de Henares (Complutum) el día de nochevieja para tomar las uvas en el Real de San Vicente en la provincia de Toledo y como estábamos cerca de la carretera de Extremadura cogimos la A-5 con destino a Trujillo (Turgalium).
El sábado amaneció nublado y a lo largo del día se fueron intercalando las nubes y los claros.
Iniciamos el viaje dejando la provincia de Toledo para adentrarnos en la extensa Extremadura.
A mitad de camino, al pasar Navalmoral de la Mata, cambiamos de opinión y en vez de continuar por la autopista nos metimos por una carretera secundaria. Paramos en Peraleda de la Mata y continuamos el trayecto atravesando diversas poblaciones donde los lugareños estaban atareados con la recogida de la aceituna. Al mediodía llegamos a Guadalupe para realizar la pertinente visita al monasterio y acto seguido nos dirijimos a un restaurante para comer.
El menú algo fuertecillo para mi estómago; por esta zona se abusa demasiado del pimentón. Pedí una sopa castellana y el color ya lo decía todo, caldo excesivamente oscuro y aspero para mi gusto, luego de segundo elegí el lomo de la casa que por desgracia volvía a estar aderezado con el dichoso pimentón. Las natillas del postre no lograron suavizar los ardores estomacales.
Tras la comida vuelta a la carretera y nos dirigimos hacia Trujillo. Llegamos cuando ya estaba oscureciendo y contemplamos la ciudad por la noche. Como el día fue movido nos retiramos templano a nuestro aposento.
El domingo estuvo pasado por agua. Todo el día lloviendo. Cogimos un bono turístico con el que se podían hacer varias visitas:
- Casa- Museo Pizarro
- Castillo árabe
- Iglesia de Santiago
- Museo del queso y del vino.
En esta localidad había un montón de Iglesias y me sorprendió gratamente la Iglesia de Santiago porque era una visita diferente. Cuando entramos en una iglesia, catedral, concatedral... resulta bastante monótono pues siempre es lo mismo con más o menos santos, o más o menos velas pero esta Iglesia de Santiago era diferente ya que no estaba destinada al culto si no que la habían convertido en Museo, cosa que me pareció interesante pues además de las figuras típicas de cualquier parroquia también había otros elementos interesantes, como libros antiguos, monedas, carteles explicativos, casa del sacristán etc, que servían para ampliar los conocimientos en diferentes parcelas, no sólo las religiosas.
Después de un día ajetreado llegó la hora del descanso. Al día siguiente nos levantamos temprano y vuelta para casa. El viaje estuvo entretenido.
¡Lástima que no acompañara el tiempo¡
Hola Manuel
ResponderEliminarFeliz año nuevo. me alegro que te gustata Trujillo.Yo también estuve de viaje con mi marido y mis hijos , y tú ? a nosotros también nos cayó agua encima, pero nos gusto el viaje.
¡Que coincidencia Nuria¡
ResponderEliminarEl mundo es un pañuelo, no sabemos con quién nos podemos cruzar en el camino.
GRACIAS POR TU COMENTARIO