La marea gris de la mediocridad

Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros.

Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.


- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. ( Y yo añadaría las horas que pasan pegados al ordenador, al móvil o cualquier otro aparato nocivo para la salud que quita tiempo para realizar otras actividades sin maquinitas)

- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.

- Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo.

- Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.

- Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.

- Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que, sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.

Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada.


Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad, y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.

Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones:

marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.

FORGES.

Tocando el tema de las Olimpiadas, hoy hemos podido ver el mal inicio del equipo español de fútbol. Vemos como los jóvenes futbolistas han heredado los vicios de los hermanos mayores, mucho toquecito, mucha tontería, malos modales cuando van perdiendo,etc. etc.. Luego estaban los japoneses que se han dejado la piel en el campo, jugando y luchando con más garra que los nuestros, y es posible que no tuvieran tanto nombre, ni tanto curriculum pero se lo han currado y han conseguido la victoria. Mediocres son también los comentaristas que dan por hecha la victoria de los españoles antes de jugar el partido. Y ahora a remar contra corriente, como en tantas otras ocasiones. Esperemos que las cosas cambien y no se cumpla el refrán:
El que mal empieza mal acaba.

Comentarios

  1. Pues efectivamente se ha cumplido la profecia.
    Una lección que no aprenderemos, porque como somos la roja, ganamos sin bajarnos del autobus, los chavales lo intentaron y fue un partido emocionante y muy bueno para el espectador, pero los nuestros se vienen para casa, con la oreja mojada, espero que tengan la verguenza de no cobrar ni un duro, por lo que han hecho.
    Como decia el sabio, en el futbol el mas tonto hace relojes de madera y andan.
    Hoy Gomez Noya, el triatleta ha dicho que el futbol no deberia ser deporte olimpico y estoy de acuerdo, este espectaculo hace muchos años que dejo de ser deporte.

    Que grande Forges, uno de los mios.

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