Luis Suárez la vuelve a liar y vuelve a morder (no hay dos sin tres).
Los aficionados contemplan la acción y la reincidencia con una mezcla de estupor, humor y exigencia del castigo. El comportamiento antideportivo es innegable, también lo es que futbolistas como él son ídolos mundiales y deberían ser un modelo a seguir, pero los buenos modales parece ser que brillan por su ausencia.
No debemos extrañarnos cuando los chavales imitan estos modelos negativos con mordiscos, malos modos o piscinazos sin sentido.
Estos señores idolatrados tendrían que ser más cuidadosos con sus comportamientos negativos. Hay demasiados espectadores viendo un campeonato mundial y habría que primar otra actitud más respetuosa y deportiva.
De juzgado de guardia. Denuncia por agresión.
ResponderEliminarEl juego no puede ser eximente, en todo caso agravante.
Tolerancia cero.
Totalmente de acuerdo, debería ser como dices y es una verdadera lástima que no lo sea.
ResponderEliminarUn abrazo.