Entre campos de colza.


A la vez que cambian las estaciones y los meses transcurren sin darnos cuenta, también  los campos se van tiñendo de diferentes colores. 
Estrenamos nuevo mes, ese que es el preferido para muchos porque los paisajes se hacen más alegres, los pájaros cantan y las nubes se levantan...
Dejamos atrás los barrizales de abril, ese de las lluvias mil y nos adentramos en el florido mayo... aunque a mí no me haga ninguna gracia por la dichosa alergia, que viene acompañada de lagrimones, picores en los ojos y estruendosos estornudos.
Antes de que los síntomas se acrecienten con la expansión de las gramíneas me di un rápido paseo por un monte cercano y a lo lejos descubrí con satisfacción una alfombra bicolor con tonos verdes y dorados.
¿Qué plantas serán esas que amarillean en el horizonte?
Está claro que no son girasoles. Esos son más tardíos y todavía el verano no ha venido.
No podía quedarme con la duda y pregunté a otro caminante que pasó por el mismo lugar. 
La planta de la colza- me contestó el buen señor.
Nunca te acostarás sin aprender algo nuevo- pensé yo.
Las nubes se fueron dispersando dando paso a un débil solecito que se iba haciendo hueco entre las capas algodonosas.
Atardecía y el frescor comenzaba a adentrarse en el cuerpo. Era necesario ponerse la sudadera de manga larga. 
Y entonces recordé que todavía queda mucho mes y todo puede suceder en el aspecto meteorológico. Me vino a la memoria otra refrán que decía : "Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo"
Seguiré llevando el atuendo de manga larga por lo que pueda pasar.

Comentarios

  1. Estoy a punto de salir a correr con pantalones cortos,ya que ya los llevo para estar por casa. ¡Qué tentación!

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  2. ¡Vaya, yo también aprendo en este instante cómo es el aspecto de la colza florecida! La verdad es que, últimamente, se aprecian en la lejanía de los paisajes cada vez más retales de este atractivo color amarillo-verdoso.
    También me afectan los pólenes alergénicos, pero de manera indirecta: hace semanas que no podemos pasear mi mujer y yo en dulce compañía.Su alergia le condena a permanecer en casa con las ventanas bien cerradas. Ni salir a la pequeña parcela puede, la pobre.
    Pero si esta es la cruz de la primavera, la cara es bien hermosa. A esta cara, femenina y floral, le doy un beso y la piropeo: ¡guapa!

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  3. Qué hermosas palabras!! Qué bella imagen!!! Buen fin de semana!!!! Cariñosssss

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