El Camino Mendocino ETAPA 2: Usanos - Viñuelas

 Etapa 2: Usanos - Viñuelas (16 km.)

Iglesia de San Lorenzo, en Viñuelas. Al fondo la carretera desde Fuentelahiguera. No es foto este día, sino de una estancia anterior. Actualmente los árboles aún no tienen tan crecidas las hojas.

Charo madruga algo más por mí, para poder dejarme en Usanos antes de acudir a su trabajo en Guadalajara. Nos despedimos en el parquecillo al lado del ayuntamiento donde aprovecho para consultar los horarios de autobuses, por si acaso (aproximadamente cada dos horas hay uno que va hasta Guadalajara). Enseguida me enfundo alguna prenda de abrigo (son las 7:45) y tomo la calle Oriente hasta las afueras del pueblo, junto al CRA. Allí giro a la izquierda pasando por el campo de fútbol y sigo el camino que llaman "Calle de Circunvalación" y que es una pista polvorienta por la que, de cuando en cuando, aparecen veloces todoterrenos levantando una desagradable polvareda. Cada vez que diviso una nube de polvo me aparto una decena de metros del camino para evitarlos y ellos moderan un poco la marcha apercibiendo mi apuro. Pese a ello tragas polvo ¡y te ponen perdido! 
Mientras camino espero con impaciencia el momento de desviarme por senderos menos transitados. Pasado 1,6 km me desvío por fin a la izquierda y lo sigo sin desviarme hasta 1,4 km después donde hay que girar a la izquierda en un cruce de caminos y comenzar una ascensión de de un kilómetro aproximadamente que nos lleva a un alto donde cambiamos de vertiente en un promontorio denominado coloquialmente por algunos peregrinos como «el Monte do Gozo Mendocino», y desde donde se divisan las torres de Madrid, Navacerrada y Somosierra. El camino a la izquierda nos llevaría en 600 m. a una planta de extracción de áridos y al campamento bautista de Monte Calvario, ocultos tras una loma. Pero el camino sigue hacia la derecha avanzando 3 km por un delicioso camino solitario a media ladera, dejando en lo alto, a nuestra derecha, la urbanización El Jaral (algunas de cuyas farolas percibimos) y confluyendo con su carreterita de acceso a la altura del arroyo de Albatajar.  Las vistas en todo el tramos son preciosas, con retales de verde y oro contrastados con las manchas oscuras de las encinas.  El Jaral es una urbanización escondida en el corazón de un bosque de encinas y  resulta un tanto misteriosa, por lo poco que se anuncia. Dispone de un aula de la naturaleza  (actualmente cerrada).  Podéis hacer una visita virtual por sus calles en google con Street Wiev, pero se trata de un lugar solitario  y alejado. Igualmente podríais hacer el camino desde el navegador paso a paso, foto a foto, hasta Fuentelahiguera (pero por la carretera).  
Tras ascender por la carreterita de acceso a la urbanización (a tramos asfaltada, a tramos cementada) desembocamos en en la CM-1002 en un punto a media distancia entre un centro canino y unas naves de Dagu. Pasamos al otro lado de la carretera y continuamos por un camino que termina enfrente del pueblo (a este lado de un valle que tiene una fuente con pilón a la que descendemos abruptamente). Después subimos al pueblo por la estrecha carretera recién asfaltada que tomamos al otro lado de la CM-1002, por la cuesta de La Fuente. 

Esta calle sube hasta la Iglesia de San Andrés, con atrio enrejado y ahora cerrada. A su costado existe una fuente bajo una higuera que hace los honores al nombre del pueblo "Fuentalahiguera". En abril sus hojas son aún diminutas, pero en un par de meses estarán crecidas y darán espesa sombra. Añado abajo una foto que tomé el año pasado, en julio, cuando lo visité en bici. 

Rodeo la iglesia y tomo la calle Mayor que nos conduce al ayuntamiento a los pocos metros, en un placita. Allí está abierto el bar San Andrés en el que departen animadamente media docena de vecinos jubilados. Mi entrada apaga todas las conversaciones. En medio de ese silencio inesperado me acerco a la barra y pido un café. La chica que lo atiende también me sella la credencial. Poco a poco la conversación se reanuda y, ante la curiosidad local, participo hablando de caminos y senderos. Uno de los paisanos recuerda en ese momento que hace ya dos años que no ven al vejete octogenario de Galápagos que, todos los días, salía de madrugada de su pueblo y hacía un recorrido maratoniano hasta Malaguilla de Fresno, pasado por Usanos... "Yo firmaba ahora mismo por estar así a su edad", les comento asombrado.
 
Continúo por la c. Mayor hasta la calle de la Oliva a la izquierda y después tomando la del Calvario (a la derecha) que nos saca del pueblo por una pista hacia Viñuelas evitando la carretera. 1,6 km después se nos indica girar a la izquierda y nos internamos en la urbanización de Valdelacierva. Vamos descubriendo chalets, pequeños regatos y sombras abundantes entre los árboles. Me llama la atención una placa en una de las entradas: "Abuelos diseminados" (¿Que los abuelos están desperdigados? -me pregunto-) Luego caigo en la cuenta de que ese grupo de parcelas tiene el nombre de "Diseminados" y la calle "Abuelos"; pero, la verdad, confunde...

Se cruza el arroyo Torote y poco después el de los Pozuelos por dos pequeños puentes y comenzamos a ascender hacia Viñuelas, cruzando la carretera (la vieja y algunos metros después la nueva) CM-1002. Subiendo la cuesta del Prado alcanzamos las primeras casas y, por esa misma calle a la izquierda, llegamos a la iglesia de San Lorenzo.

Busco el bar que conozco, junto al Calvario en la salida hacia Valdenuño pero, hoy martes, está cerrado por descanso semanal. Me dirijo entonces hacia la residencia de Mayores que es un punto de sellado, pero tras llamar insistentemente al interfono no contesta nadie. Ni cerveza, ni sello... El covid ha dejado en suspenso la mayoría de las peregrinaciones en el país. Cruzo al otro lado de la rotonda, hasta la gasolinera y allí, consigo una cerveza fría de lata por el módico precio de 1 euro. Me permito invitar a Fernando, un motero, que pela la pava con el empleado. Hablamos del camino, de la espiritualidad que se alcanza... Yo que llevo muchos le añado algunas pinceladas de mi cosecha en la conversación. En esto dos motoristas jóvenes se disponen a entrar en el pueblo. Uno de ellos se cae de la moto y el buen Fernando allá que se va, dispuesto a ayudar... Mientras llamo por teléfono a la residencia . Les cuento la situación y acceden a sellarme la credencial desde la valla. Charo aparece momentos después para recogerme. El camino de vuelta, por la carretera, se hace en un pis-pas. Llego a casa contento. Ha sido una bella travesía, el día es precioso y tan solo siento una ampolla en el pie.Un día perfecto. 

GALERÍA FOTOGRÁFICA

Desde "El Monte do Gozo Mendocino" hermosa vista con Madrid (se ven las torres) y Guadarrama al fondo.

Desde ese mismo punto una vista más al este, con Somosierra detrás. 
 
Fuente, desde el pilón, al pie de la población de Fuentelahiguera. 

En una palabra "Fuentelahiguera"  (Julio 2020)

Las ricas uvas protegidas por bolsas de plástico contra los pájaros. En la misma calle del bar en Fuentelahiguera. 

Campo de colza con la Sierra de Guadarrama al fondo en el camino a Viñuelas.

Viñuelas en lo alto, con la cuesta del prado a sus pies.

Atrio de la iglesia de San Lorenzo con cartel de "Acoge y Peregrina" muy apropiado para quien hace esta ruta.



La torre de la iglesia de Viñuelas con su cigüeña.



Residencia de Mayores de Campiña de Viñuelas que ofrecía cálida acogida al peregrino en tiempos pre-covid. Actualmente no permiten el paso y me sellaron la credencial desde la reja.

Placa homenaje a un grupo de ancianos (supongo) sobre la valla de la residencia.

 

Partiendo del Calvario (Ermita, a la salida del pueblo en la carretera de Valdenuño) y pasando por el cementerio llegamos a ver un molino de viento perfectamente conservado que domina el horizonte. 


Comentarios

  1. Pues me estás haciendo disfrutar de este camino cómo si lo estuviera haciendo yo misma.Los campos son preciosos y el molino me ha encantado, la higuera de la fuente también es perfecta , se ve que la cuidan bien.Saludos y hasta la próxima caminata.

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  2. Gracias, Charo, que peregrinas virtualmente (como no le queda más remedio que hacer a la mayoría). He tenido la suerte de tener 3 días espléndidos y los he disfrutado. Me quedo con las ganas de terminarlo cuando los decretos de cada comunidad permitan la movilidad.
    El molino de Viñuelas tiene pinta de funcionar perfectamente (incluso tiene un largo poste desde el tejado -giratorio- al suelo para orientarlo al viento); ya me gustaría visitarlo por dentro. La próxima vez que pase por allí preguntaré cómo está ese asunto.

    La verdad es que, con este tiempo, salen unas foto preciosas.

    Un saludo. Mañana publico la última etapa de esta primera parte.

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